Desde hace algunos años los científicos tienen muy claro el
beneficio que supone el ejercicio físico para las funciones cerebrales. Una
persona que se mantiene activa y lleva una dieta sana retrasará el deterioro
cognitivo y evitará enfermedades como el Alzhéimer. Pero ¿cuáles son los
efectos directos de darse un paseo o una carrera cuando uno está estudiando,
por ejemplo?
Imagen: Chuck Hillman, Universidad de Illinois
En el blog Explore publicaron una imagen en la que se
muestra la actividad cerebral de un grupo de estudiantes en reposo y después de
caminar 20 minutos. La imagen pertenece a un estudio de Chuck Hillman, de la
Universidad de Illinois, en el que sometieron a 20 chicos y chicas de alrededor
de 10 años a un curioso experimento: primero les hicieron un test en reposo y
midieron su señal cerebral y después les sometieron a un ejercicio que
consistía en andar rápido en una cinta de correr, a un 60% de su máxima
capacidad. Una vez que hicieron el ejercicio físico, volvieron a someterles a
una serie de preguntas y a medir la actividad de su cerebro (ver PDF).
"Lo que vimos", nos explica Hillman por correo
electrónico, "es que después de un ejercicio moderado de 20 minutos, las
funciones cognitivas y el rendimiento académico mejoraron. Es decir, hubo un
aumento en la capacidad de atención, en la velocidad de procesamiento y en los
resultados del test". Aunque en Explore se da a entender que la imagen es
una resonancia magnética funcional (fMRI) que mide la afluencia de sangre en
distintas partes del cerebro, en realidad se trata de un encefalograma (EEG)
que mide la actividad eléctrica fijándose en una señal (P3) que muestra los
niveles de atención. "Cuanto más grande es la señal de P3", asegura
Hillman, "mayor es la cantidad de atención, que es un reflejo de la
actividad cognitiva". El hecho de que la imagen esté coloreada -la usa él
en sus presentaciones- puede haber ayudado a confundirla con una resonancia
fMRI.
Imagen publicada en el estudio original. C. H. Hillman et al. / Neuroscience 159 (2009)
Esta misma activación del cerebro, indica Hillman, se ha
visto con sujetos de más edad a los que se sometió a pequeñas pruebas de
ejercicio físico y mejoraron los niveles de atención (ver PDF). En sus trabajos
apunta que un poco de ejercicio es beneficioso para el rendimiento académico.
Así que toma nota y la próxima vez que tengas un examen y lleves varias horas
sentado delante del libro, prueba a darte una vuelta para volver a intentarlo.
Referencia:
The effect of acute treadmill walking on cognitive control and academic
achievement in preadolescent children.
Corresponsal de San Rafael Mendoza.(Grace)
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