Nota aparecida en ABC Digital, hoy miércoles 25 de junio de
2014.
Las nuevas exigencias del Ministerio de Educación y Cultura
(MEC) en cuanto a las licencias sindicales responden directamente a la postura
del presidente Horacio Cartes, quien, durante uno de sus tantos episodios de
sincericidio en su campaña política, declaró en pocas palabras que los
sindicatos estorbaban.
Las nuevas medidas del MEC fueron claramente diseñadas para
remover este estorbo, amedrentar y desalentar la actividad sindical, contraria
a los compromisos asumidos tanto en la Carta Magna como a través de numerosos
tratados internacionales ratificados por este país.
“Estamos subsidiando el sindicalismo”, lamentó Humberto
Ayala, director de Gremios del MEC, en claro desconocimiento de que el Estado paraguayo,
como supuesto o intento de estado de derecho, ha asumido la responsabilidad de
no solo permitir sino fomentar el sindicalismo como mecanismo para proteger a
los trabajadores y mejorar las condiciones laborales. Recordemos el rol del
estado de derecho de garantizar y fomentar el cumplimiento de los derechos
humanos. Sí, esto incluye, entre miles de otras cuestiones, el “subsidio” al
sindicalismo.
El actual régimen establece que los dirigentes deben acudir
a sus puestos de trabajo si quieren mantener sus salarios, eliminando el
permiso que los mismos tenían de ausentarse de sus labores para dedicarse a la
actividad sindical. Además, propone que por cada periodo que un sindicalista se
ausenta para realizar actividades específicas del sindicato, el mismo debe
hacerse cargo de destinar esa parte de su salario a su reemplazante.
Si bien este no es un descuento directo que realiza la
institución, finalmente el salario neto del dirigente se verá reducido. ¿Qué
clase de permiso es uno que finalmente significará la reducción del salario?
Sin mencionar los cortes pedagógicos que significa el constante cambio de
maestros de aula.
Conocemos perfectamente las falencias del sector gremial
docente. Muchos abusan de las licencias sindicales y dedican su tiempo a la
politiquería, olvidando los verdaderos reclamos del sector. Utilizan sus
beneficios adquiridos para el beneficio propio o actúan muchas veces “pateando
contra su propio arco”.
Por otro lado, también sabemos que muchos (si no todos) de
los beneficios laborales que han conseguido los docentes –y trabajadores de
varios sectores, incluyendo a los periodistas de prensa escrita– se han
conseguido a través del sindicalismo. Y sabemos que los docentes son la base de
la educación, y si no tienen buenas condiciones laborales, no podremos nunca
tener una educación gratuita y de buena calidad.
Es posible que el régimen de permiso de 365 días al año sea
el incorrecto o no sea el más justo, pero ¿es esta la forma de subsanar las
falencias? La única respuesta que se me viene a la mente es que no se busca
mejorar el sistema, sino debilitarlo, y con esto sentar un peligroso precedente
para que las otras instituciones puedan implementar la misma campaña de
amedrentamiento.
Según la versión oficial, las medidas se implementaron para
devolver los rubros de docentes al aula, donde existe una enorme escasez y
todavía hay una gran cantidad de maestros que enseñan “ad honórem”. Mientras
que previo a la resolución en cuestión eran alrededor de 500 rubros de docentes
asignados a sindicalistas, en total son 17.000 los rubros en manos de
funcionarios administrativos. Muchos de estos asignados también a asesores del
Gabinete ministerial, como procedimiento para auto asignarse aumentos.
Si la ministra de Educación, Marta Lafuente, quiere ser
consecuente con sus palabras de no destinar un centavo más de los docentes para
trabajadores que no pisan aula, que demuestre sus esfuerzos para disminuir la
discrecionalidad en el uso de estos rubros y los devuelva adonde pertenecen. De
lo contrario, tendremos confirmada la verdadera intención detrás de esta
resolución.
Comentario por Carlos
Alberto Mazó Miers Director de la Semana Comunicaciones.
Las normas, que a
través de la ley regulan las relaciones obrero-patronales, son absolutamente
necesarias y deben ser justas, para pre cautelar los derechos, obligaciones y
prohibiciones a patrones y trabajadores. Los excesos existen en ambos sectores
y la ley es traída de los pelos por patrones y obreros, según la conveniencia.
En la generalidad de los casos se complican patrones y trabajadores para
violarla. Los primeros para mantener el trabajado, disminuyendo el costo de la
mano de obra (sueldo mínimo vital, seguro, otras cargas sociales: aguinaldo
justo, vacaciones...Los trabajadores simplemente porque "peor es
nada". Hay un ejército de desocupados y por la ley natural de la oferta y
la demanda...se abarata el precio de la mano de obra)
El caso es que la ley establece una normativa que no pasa
del piso. Y el techo es el anhelo de los trabajadores. Y en procura de ello se organizan.
Y la ley no prohíbe que se procure, por medio legales alcanzar el techo. Y eso
se logra con una buena organización sindical. Con un sincero y
"afectuoso" accionar en procura de merecer el logro de los objetivos.
Una buena relación laboral y la firma consensuada del CONTRATO COLECTIVO DE
TRABAJO que surge de la negociación bipartita y en algunos casos tripartita ,
se puede lograr, con buena producción, aproximarse al techo. El caso del pago
de jornales por la holganza de dirigentes sindicales, me parece que se debe
conseguir en forma consensuada y bien justificada y como expresión de buena
voluntad de la patronal. Los gastos de los dirigentes sindicales deben asumirlo
los trabajadores. Por dignidad y porque es fácil y no golpea la economía del
trabajador. Una suma pequeña de miles y miles de afiliados a un Sindicato debe
servir para cubrir los gastos del Sindicato. Tener un buen asesor y no estar
dando lástima por su falta de preparación para asumir el desarrollo de una
política laboral y sindical. Como me gustaría que los docentes se organicen
mejor, sean más unidos y estudien los fundamentos de un sindicalismo, equilibrado
a partir del reconocimiento del valor del capital económicos y el logro del
valor del capital humano que tiene la patronal.
Son valiosos los maestros? Se los forma integralmente? El
desafío que tienen, con relación al perfil deseado para todos los niveles de la
Empresa Educativa, lo pueden asumir con certeza y capacidad? Es perversa la
política educacional que nos imponen? Los modelos extranjeros copiados
groseramente se adaptan a nuestro medio nacional y a nuestra historia?
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