Por Clide Noemí Martínez, corresponsal http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/no-mas-postergaciones-1198713.html
Para las fiestas de fin de año se repetirán como cada año la
procesión de sureños que regresan a sus lugares de origen para celebrar las
fiestas de la cristiandad. La intención primaria de estos viajes, que emprenden
desde lejanos lugares (Buenos Aires y ciudades de Europa fundamentalmente), es
reunirse con los familiares y aquellos pocos amigos que decidieron sobrevivir
en sus aislados pueblos.
A la alegría de abrazar a padres y hermanos o la nostalgia
de recordarlos cuando ya no están, se suma también la expectativa renovada de
ver algún cambio que implique desarrollo y bonanza en sus valles. En el cierre
del 2013 se podrán observar algunos, que pueden ser signos de esperanza para
quienes siguen soñando con el retorno a su terruño.
Uno de los más trascendentes sin dudas es el funcionamiento
de dos estaciones portuarias en la capital departamental. Estas
infraestructuras fundamentales para el comercio internacional del Paraguay
darán un plus de conveniencia para aquellas empresas que tienen como meta acceder
al mercado mundial, reduciendo sus costos de transporte. Es también un gancho
para el montaje de astilleros y servicios ligados a la actividad portuaria.
Otro detalle que no podrán dejar de percibir los que
regresan es la inversión edilicia que realizaron las empresas privadas, dando
otro aspecto a las ciudades más importantes del departamento. Esto se observa
fundamentalmente en Pilar con la apertura de sucursales de numerosas firmas
nacionales e internacionales que operan en el mercado paraguayo.
También se podrá ver en los diferentes distritos la acción
de las autoridades locales, que en mayor o menor medida han cooperado para el
mejoramiento del equipamiento urbano.
Lo que deberá esperar un tiempo más es la anhelada inversión
del gobierno central en esta parte del país. Los que retornan seguirán
lamentando los pésimos caminos, los puentes de madera podrida, el empedrado “de
terror” y la inexplicable ausencia del Estado paraguayo en el departamento de
Ñeembucú.
Ojalá sea el último año de postergaciones por parte de las
autoridades del Gobierno Central y en el 2014 los pobladores del Ñeembucú dejen
de considerarse “los paraguayos despreciados del sur”
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