Zheng Xiaoyu, de 62 años, había sido destituido hace dos años, después de ser condenado a muerte por haber cobrado ilegalmente unos 620.000 euros. Buscan enviar un " mensaje" a la clase dirigente.
Pekín.- Un ex ministro acusado de corrupción fue ejecutado hoy en
China, lo que es considerado un ejemplo y
una advertencia a unos meses del congreso del Partido Comunista, que estará centrado en la "armonía"
para desactivar las tensiones sociales y el malestar de la población.
La Corte Suprema rechazó la apelación presentada por el ex director de la Administración del Estado para la alimentación y los medicamentos en China, Zheng Xiaoyu, de 62 años, condenado a muerte a fines de mayo por haber recibido 6,4 millones de yuans (620.000 euros) de soborno de parte de empresas farmacéuticas y por incumplimiento de su deber.
La ejecución del ex ministro, destituido hace dos años, se da en un contexto de escándalos que cuestionan la calidad de los productos del país, en particular para la exportación.
"Es una decisión muy política", estimó Nicholas Bequelin, investigador de la organización Human Rights Watch con sede en Hong Kong. "El objetivo es enviar un mensaje claro al interior de China para señalar que le gobierno no aceptará la corrupción", agregó.
Cuando se acercan los juegos olímpicos del año próximo y el congreso donde el mandato del número uno chino Hu Jintao debe ser renovado, el Partido Comunista chino puso la lucha contra la corrupción en un lugar destacado.
Desde hace varios meses, el Cotidiano del Pueblo y las revistas oficiales, como la de la Escuela del partido Study Times, abundan en artículos relativos al "estilo de trabajo de los cuadros dirigentes".
En una reciente entrevista al Study Times, He Yong, vice-secretario de la Comisión de disciplina del Partido, organismo encargado de desenmascarar a los dirigentes corruptos, señaló sus inquietudes, estimando que se trataba de una cuestión "de vida o muerte para el Partido y el Estado".
Advirtió también contra las derivas de los que utilizan su poder en beneficio propio o de sus amigos o familiares, mientras la población enfrenta dificultades crecientes: precio de los alquileres, empleo, seguridad social, gastos escolares, problemas de medio ambiente, expulsiones, requisiciones de tierras en los campos.
"Debido al trabajo mal hecho, a la burocracia y al no cumplimiento del deber, los problemas no se han resuelto, lo que agrava la situación y lleva incluso a incidentes de masa que perturban la estabilidad social", dijo He. "Hay que castigar severamente las faltas de los dirigentes", agregó.
Para He Weifang, profesor de derecho en la universidad de Pekín, la ejecución de Zheng está destinada "a calmar la cólera popular".
El ex ministro Zheng Xiaoyu fue destituido en junio de 2005 después de dirigir durante ocho años la Administración de la alimentación y los medicamentos (SFDA), donde había instalado un sistema de autorización de medicamentos particularmente controvertido.
Dos ex subalternos de Zheng también fueron condenados por corrupción, uno a la pena de muerte con remisión de dos años y el otro a 15 años de prisión.
La Corte Suprema rechazó la apelación presentada por el ex director de la Administración del Estado para la alimentación y los medicamentos en China, Zheng Xiaoyu, de 62 años, condenado a muerte a fines de mayo por haber recibido 6,4 millones de yuans (620.000 euros) de soborno de parte de empresas farmacéuticas y por incumplimiento de su deber.
La ejecución del ex ministro, destituido hace dos años, se da en un contexto de escándalos que cuestionan la calidad de los productos del país, en particular para la exportación.
"Es una decisión muy política", estimó Nicholas Bequelin, investigador de la organización Human Rights Watch con sede en Hong Kong. "El objetivo es enviar un mensaje claro al interior de China para señalar que le gobierno no aceptará la corrupción", agregó.
Cuando se acercan los juegos olímpicos del año próximo y el congreso donde el mandato del número uno chino Hu Jintao debe ser renovado, el Partido Comunista chino puso la lucha contra la corrupción en un lugar destacado.
Desde hace varios meses, el Cotidiano del Pueblo y las revistas oficiales, como la de la Escuela del partido Study Times, abundan en artículos relativos al "estilo de trabajo de los cuadros dirigentes".
En una reciente entrevista al Study Times, He Yong, vice-secretario de la Comisión de disciplina del Partido, organismo encargado de desenmascarar a los dirigentes corruptos, señaló sus inquietudes, estimando que se trataba de una cuestión "de vida o muerte para el Partido y el Estado".
Advirtió también contra las derivas de los que utilizan su poder en beneficio propio o de sus amigos o familiares, mientras la población enfrenta dificultades crecientes: precio de los alquileres, empleo, seguridad social, gastos escolares, problemas de medio ambiente, expulsiones, requisiciones de tierras en los campos.
"Debido al trabajo mal hecho, a la burocracia y al no cumplimiento del deber, los problemas no se han resuelto, lo que agrava la situación y lleva incluso a incidentes de masa que perturban la estabilidad social", dijo He. "Hay que castigar severamente las faltas de los dirigentes", agregó.
Para He Weifang, profesor de derecho en la universidad de Pekín, la ejecución de Zheng está destinada "a calmar la cólera popular".
El ex ministro Zheng Xiaoyu fue destituido en junio de 2005 después de dirigir durante ocho años la Administración de la alimentación y los medicamentos (SFDA), donde había instalado un sistema de autorización de medicamentos particularmente controvertido.
Dos ex subalternos de Zheng también fueron condenados por corrupción, uno a la pena de muerte con remisión de dos años y el otro a 15 años de prisión.
http://www.perfil.com/internacional/-20070710-0001.html
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