Lejos de velar por los intereses de las clases más humildes
como se proponen, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) cosechó una gran
cantidad de víctimas que pertenecen justamente a los sectores más empobrecidos
de la sociedad.
La mayoría de los asesinados por el grupo armado, que ya
tiene cuatro secuestros en su historial, son trabajadores, campesinos y
policías de bajo rango.
Esto, a pesar de que los panfletos que dejaron, tras varios
ataques a estancias y crímenes, sostienen que la lucha del EPP es a favor de
las clases más humildes.
Las únicas dos personas con un alto nivel económico y que
fueron asesinadas por los miembros de la banda fueron Cecilia Cubas, la hija
del ex presidente Raúl Cubas Grau secuestrada y luego hallada muerta en el
2005, y Luis Lindstron, un ganadero y ex intendente de Tacuatí secuestrado en
el 2008 y ultimado en mayo pasado.
Desde el homicidio de Cecilia Cubas hasta las ejecuciones de
cinco personas del sábado pasado, en Tacuatí, el EPP ya mató a 18 civiles y a
11 agentes policiales, en los últimos ocho años.
TERRORISMO. Quizás el asesinato más cruel que hayan
perpetrado es el de Eusebia Maíz, quien fue ultimada supuestamente por
colaborar con la Policía en la búsqueda de los miembros del grupo.
La mujer era tía de dos presuntos soldados de la banda
criminal: Antonio y Bernardo Coco Bernal Maíz. En setiembre del 2012, Eusebia
fue sacada del interior de su vivienda, en Azotey, y llevada hasta el patio
trasero de su propiedad. Luego de matarla de un escopetazo, los homicidas le
pusieron alrededor un recipiente con explosivo gelamón (pólvora en gel) y le
explotaron la cabeza.
Esto último, supuestamente, fue realizado para amedrentar a
todas las personas que brindan datos sobre el grupo armado a la Policía, según
la fiscala Antisecuestro Sandra Quiñónez. Por eso la agente imputó a los
hermanos por asociación terrorista, y de esta forma el Ministerio Público
comenzó a considerar al EPP como un grupo terrorista.
AGENTES Y LABRIEGOS. El primer agente muerto por el EPP fue
el suboficial Andrés Ceferino Brítez, en Nueva Durango, Departamento de San
Pedro, en el 2005, meses después del hallazgo del cadáver de Cecilia Cubas.
El año siguiente fue el suboficial Óscar Noceda, de la
Comisaría Policial de Nueva Durango, Canindeyú. La lista posteriormente
continuó y hoy día alcanza a 11 policías.
En enero del 2009, el dirigente campesino Martín Ocampo fue
asesinado en Hugua Ñandu. La Policía presume que colaboraba con el EPP y cayó
en desgracia con los líderes del grupo.
En el 2010, el capataz Francisco Ramírez (35) y los peones
Osmar Valiente (49) y Jair Ravello, de la estancia Santa Adelia, de Arroyito,
fueron acribillados en una emboscada.Entre los dirigentes campesinos y
comunales que fueron asesinados presuntamente por delaciones figuran Florencio
Núñez y Hugo Ortiz.
Además, también fueron víctimas fatales trabajadores de
estancias de la zona de influencia del EPP, entre ellos los tractoristas Osni
de Oliveira y Santiago Morel.
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