Como soy un sobreviviente del siglo mantengo códigos que ya
no son actuales. Uno de ellos es el despreciar el anonimato, cundo se trata de
expresar el pensamiento, sentimientos, ideales, críticas, luchas...Muchas veces
por no escondernos, en época de represión, tuvimos que pasar por malos
momentos, que felizmente hemos olvidado, ya que sabíamos lo que hacíamos y como
lo hacíamos responsablemente y hasta con cierto aire de cierto petulante
coraje, firmábamos con nombre apellido, apodo número de la Baja Militar (no se
usaba cédula). Estuve viendo hoy después de mucho tiempo la página y me admiré
del debate que se genera en red.
No entiendo por qué deben ocultarse, la mayoría en las
sombras de seudónimos, nombres caricaturescos, identidades falsas. Salvo
excepciones. Hoy día no es necesario ocultarse salvo que se tengan segundas
intenciones, más allá del debate civilizado, democrático y respetuoso. Sí, ya
nadie manda preso como en la época del Estado de Sitio permanente, que por
decir o criticar que alguien no respetaba un regla del tránsito lo llevaban
preso. Hoy se mete la mano para destrozar la dignidad de la persona, se
involucra a la familia, se manosea, se intriga , se calumnia y resulta que
"todos contentos". Y como todos o casi todos padecemos de techo con
alguna parte grande -o pequeña- de vidrio...
lo ideal es averiguar dónde lanzar la piedra para
"retrucar" la ofensa.
Y en ese tren del "edificante " debate, resucitan
antepasados ya fallecidos
Con toda la historia y debilidades.
Y lo grave, preocupante es cundo, en esa forma anónima, se
erigen en representantes de la ciudadanía. De todos nosotros.
Tenemos sobre nosotros una carga pesada por nuestra
condición de pilarenses. Tenemos que asumir. Debemos honrar a quienes nos
legaron un prestigio que lo elaboraron con trabajo, estudio, sacrificios,
decencia, educación de hogar, y cultura y que supieron conjugar en todos los
tiempos el concepto de la responsabilidad. Al Ser pilarense se lo distinguía en
todo el país y hasta en el extranjero. Tenemos que defender ese concepto. Y la
única forma es con conducta consecuente con ese concepto. Y esta
responsabilidad está sobre los hombros de los jóvenes de 50 años para abajo.
Los pilarenses unidos - aún en el disenso - fueron capaces
de construir lo imposible, por encima de la marginación y envidia que provocó
nuestro aislamiento. La historia de los pilarenses es rica en actitudes y en
obras.
Fábrica, Basílica, Colegios, Escuelas, Universidad,
Cooperativa...no cayeron graciosamente del cielo. Fruto del esfuerzo del pueblo
y de sus dirigentes. Obras particulares, privadas que se vieron obligados los
gobiernos a reconocer y subvencionar.
Bienvenido el debate democrático y respetuoso. Bienvenido el
debate sin represiones . A cara descubierta y con responsabilidad. Sin insultos
procaces, sin gritos callejeros, en ambiente saludable y sin policías
innecesarios e inútiles en nuestro pleno estado de derecho. Saludos y en todo
caso, perdonen mi intromisión. Al final reconozco que soy un abuelito
impertinente y des-actualizado.
Carlos Alberto Mazó Miers
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