Tanto los profesionales que trabajan con plaguicidas a
diario como el consumidor que los usa para eliminar moscas deben ser muy cautos
para evitar riesgos
Los plaguicidas son sustancias químicas utilizadas para
eliminar cualquier ente vivo que dañe los cultivos, ya sean insectos, roedores,
bacterias u hongos y, como entes vivos, los animales y las plantas también
sufren los efectos de los plaguicidas. El término plaguicida incluye diferentes
variantes: los insecticidas, para matar insectos; los herbicidas, para las
malezas; los fungicidas, para los hongos; o el veneno, para roedores como ratas
o ratones. El uso de estas sustancias en el ámbito doméstico para eliminar
insectos debe ser la última opción. El aspecto primordial para evitar posibles
plagas en la cocina es la prevención.
Todas y cada una de las sustancias químicas que componen los
plaguicidas conllevan algún riesgo y pueden ser sustancias dañinas tanto para
la tierra como para el consumidor. Entonces, ¿por qué se utilizan? Los
plaguicidas son parte de la industria, que usa la maquinaria agrícola para
cultivar grandes extensiones de tierra o en sistemas de riego de dimensiones
extensas. De esta manera, se consiguen grandes cosechas en un corto periodo de
tiempo, con lo cual ya no se plantean, a priori, otros métodos de cultivo. Los
pequeños agricultores, que no disponen de grandes extensiones, se ven obligados
a usar plaguicidas para poder sobrevivir en el mercado económico y obtener, de
manera más rápida, cultivos para vender. También son una opción para acabar
conplagas de insectos en las cocinas domésticas.
En casa, sin plaguicidas
Utilizar los plaguicidas en casa para eliminar insectos o
roedores debe ser la última opción. El aspecto primordial para evitarlos es la
prevención:
• Mantener
limpia la cocina.
• Almacenar
los alimentos en envases cerrados.
• Mantener
limpios los animales de compañía.
• Almacenar
leña fuera del hogar.
Cuando el uso de plaguicidas es inevitable:
• Leer las
etiquetas y seguir las instrucciones.
• No
aplicar plaguicidas en lugares cerrados. Si es así, abrir las pertas y las
ventanas.
• Mantener
los envases fuera del alcance de los niños.
• Nunca
rociar sobre colchones, sábanas o ropa.
• No rociar
cerca de platos o cubiertos.
• Desechar
los plaguicidas de manera segura.
Su presencia en alimentos
La gran mayoría de frutas y verduras llevan consigo una
mayor o menor cantidad de plaguicidas en su composición. En alimentos como la
leche, la carne o los huevos pueden también llevar restos de plaguicidas usados
en los pastos que comen los animales. Para reducir la cantidad de sustancias
químicas que se ingieren con los alimentos se pueden seguir pautas como:
• Lavar a
conciencia las frutas y los vegetales.
• Sumergirlos
en agua con sal (cinco cucharadas en un litro de agua) y después enjuagarlas
con agua.
• Eliminar
las hojas más externas de los vegetales como la col o la lechuga, que son las
partes que más cantidad de plaguicidas absorben.
• Es
aconsejable pelar los alimentos con una cáscara más suave, como los pepinos.
La Unión Europea, partidaria de reducir su uso
Para los consumidores, el riesgo de exceder los límites máximos
autorizados es cada vez mayor. Estos límitesvarían a lo largo de los años y el
temor respecto a la seguridad de los alimentos que ingieren está latente. Fruto
de este posible riesgo, la Unión Europea ha revisado en varias ocasiones los
niveles establecidos para diferentes tipos de plaguicidas y ha concluido que,
hasta la fecha, están controlados y no conllevan ningún peligro, aunque son
partidarios de limitar su uso. Su estrategia pretende favorecer el cultivo sin
plaguicidas mediante la promoción del uso de buenas prácticas, una formación
aplicada y disponibilidad de medios financieros para llevar a cabo todo esto. A
día de hoy, eliminar los plaguicidas parece ser una tarea difícil.
Los profesionales dedicados al sector y que trabajan con
plaguicidas a diario, así como el consumidor que los usa en el ámbito doméstico
para eliminar moscas, mosquitos u hormigas, deben tener en consideración
algunas pautas para minimizar el riesgo.
• Usar el
plaguicida solo para el cultivo al que está destinado.
• No
mezclar nunca diferentes plaguicidas.
• Usar la
cantidad mínima posible.
• Mantenerlos
en un lugar seguro y alejados de las fuentes de agua.
• No usar
plaguicidas si hace mucho viento o llueve.
• Asegurar
que no hay contacto del plaguicida con la piel o mucosas.
• Lavarse
las manos antes de comer, beber, tocarse los ojos, la nariz o la boca y antes
de ir al baño.
• Su uso en
el ámbito industrial precisa usar ropa adecuada y equipos protectores.
• Nunca se
deben guardar los envases de los plaguicidas para almacenar otros productos.
LOS NIÑOS, LOS MÁS
SUSCEPTIBLES
Los niños pueden padecer de forma más severa los efectos de
los plaguicidas. Pueden enfermar con cantidades que no afectarían a un adulto
de la misma manera. Cuanto menor es la edad del niño, menor cantidad de
plaguicida puede alterar su organismo. Las señales más comunes de afectación
grave en los niños son el cansancio, temblores o desmayos. En periodos más
largos de exposición a plaguicidas, los niños pueden registrar cuadros de
alergias, problemas respiratorios, crecimiento lento, dificultad de
aprendizaje. Para evitar el contacto de los niños con los plaguicidas se debe:
*Alejarlos de ellos.
*No jugar con los envases, aunque estén cerrados.
*No entrar ni jugar en campos o cultivos recién fumigados.
*No utilizar plaguicidas en el hogar, sobre todo en el
interior.
*Almacenar los envases en lugares seguros y cerrados, si es
necesario.
Fuente: oyente del Programa LA SEMANA
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