Ginebra, 26 de junio de 2014 (OMM) – Existe un 60 por ciento de probabilidad de que entre junio y agosto se instale plenamente un episodio de El Niño, y esa probabilidad será de entre 75 y 80 por ciento para el período de octubre a diciembre, según el Boletín El Niño/La Niña hoy publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Siguiendo las recomendaciones de los
Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, muchos gobiernos ya han
comenzado a prepararse para la llegada de El Niño, fenómeno que está asociado a
sequías e inundaciones de escala regional en distintas partes del mundo y que
produce un aumento de la temperatura media en superficie a nivel mundial.
El Niño se caracteriza por temperaturas inusualmente cálidas
de la superficie del océano en la zona central y oriental del Pacífico tropical
y por una configuración característica de la circulación atmosférica. Se trata
de un fenómeno natural que se produce periódicamente cada 2 a 7 años y tiene
gran influencia en el clima mundial. Este fenómeno se registró por última vez
en 2009/2010.
Recientemente las aguas del Pacífico tropical han registrado
un aumento de la temperatura alcanzando el umbral débil de El Niño, si bien las
condiciones atmosféricas (como la presión al nivel del mar, la nubosidad y los
vientos alisios) se han mantenido neutras. Ello indica que aún no se ha
instalado del todo un episodio de El Niño ya que depende, esencialmente, de la
interacción entre el océano y la atmósfera. Sin embargo, es probable que se
produzcan en toda la cuenca condiciones atmosféricas típicas de un fenómeno de
El Niño bien desarrollado, según el Boletín El Niño/La Niña hoy, fruto del
consenso entre expertos del mundo entero.
Se prevé que la temperatura del océano Pacífico tropical
continuará aumentando durante los próximos meses y que alcanzará su máxima
durante el último trimestre de 2014. Si bien su intensidad potencial es aún
incierta, resulta más probable que se produzca un fenómeno de intensidad
moderada que débil o fuerte.
Tendencia al calentamiento
“Nuestra comprensión de El Niño y La Niña ha mejorado
significativamente en los últimos años, lo que nos ha permitido crear servicios
climáticos muy útiles para la sociedad. Gracias a la emisión temprana de
avisos, los gobiernos del mundo entero han contado con tiempo suficiente para
elaborar planes de contingencia a fin de hacer frente a los posibles efectos
que El Niño previsto para este año tendría en la agricultura, la gestión de los
recursos hídricos, la salud y otros sectores sensibles al clima”, comentó el
Secretario General de la OMM Michel Jarraud. Y añadió que “seguimos siendo
vulnerables a esta fuerza de la naturaleza, pero podemos protegernos
preparándonos mejor”.
“El Niño acarrea fenómenos extremos y produce un marcado
aumento de las temperaturas”, dijo Jarraud. “Es aún pronto para evaluar los
efectos exactos en las temperaturas mundiales durante 2014, pero prevemos que
la tendencia al calentamiento a largo plazo se mantendrá como consecuencia del
aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero”, añadió Jarraud.
La Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera
(NOAA) de Estados Unidos y el Centro sobre el Clima de Tokio, dependiente del
Servicio Meteorológico de Japón y Centro Regional sobre el Clima de la OMM, informaron
que las temperaturas medias mundiales en el mes de mayo fueron las más altas de
las que se tenía registro, incluso cuando no se había producido el fenómeno de
ElNiño.
La ausencia, hasta el momento, de respuesta atmosférica
podría deberse a que las temperaturas de la superficie del mar son superiores a
la media en prácticamente todo el Pacífico tropical, no solo en las zonas
oriental y central. Es por ello que tal vez persistan las diferencias de
temperatura oeste‑este más típicas de condiciones neutras. Desde el mes de mayo se han
registrado en el extremo oriental del Pacífico tropical temperaturas de la
superficie del mar superiores a la normal, que han provocado precipitaciones
por encima de la media en partes de la costa ecuatorial de América del Sur.
Según las últimas previsiones, es probable que la
temperatura en superficie de la zona central del océano Pacífico tropical
aumente aún más durante el tercer trimestre de 2014 y que surjan y se
intensifiquen las condiciones atmosféricas asociadas al fenómeno de El Niño.
Las predicciones de los modelos y las opiniones de los
expertos coinciden en que el fenómeno cobrará máxima intensidad durante el
cuarto trimestre y persistirá durante los primeros meses de 2015 para luego
disiparse. Un contenido de calor oceánico muy superior a la media bajo la
superficie del mar en las zonas central y oriental del océano Pacífico
tropical, provocado por fuertes vientos del oeste a principios del corriente
año, sugería que se iba a producir un episodio de intensidad considerable. Sin
embargo, la tardía respuesta atmosférica y la potencial ausencia de vientos del
oeste en los próximos meses podrían limitar la intensidad máxima de El Niño.
Es importante destacar que ningún episodio de El Niño es
igual a otro y que hay otros factores que influyen sobre las condiciones
climáticas. A escala regional, es preciso elaborar proyecciones estacionales
para evaluar los efectos relativos de El Niño y La Niña y de otros
condicionantes climáticos pertinentes a escala local. Por ejemplo, el estado
del dipolo del océano Índico o del dipolo (temperatura de la superficie del
mar) del Atlántico tropical puede tener consecuencias en el clima de las zonas
continentales adyacentes.
Las proyecciones climáticas estacionales regionales o nacionales,
como las elaboradas por los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM, los
Foros regionales sobre la evolución probable del clima o los Servicios
Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, suministrarán información aplicable a
nivel local.
En noviembre de 2014 Guayaquil (Ecuador) acogerá una
conferencia internacional sobre ElNiño/Oscilación del Sur (ENOS), copatrocinada
por la OMM, que tendrá por objeto mejorar las predicciones operativas sobre el
ENOS y colmar las lagunas que existen entre los aspectos científicos del ENOS y
sus procesos, fenómenos extremos y efectos regionales.
Antecedentes:
ENOS es el acrónimo de El Niño/Oscilación del Sur. El ciclo
del ENOS se refiere a las variaciones interanuales de las temperaturas de la
superficie del mar, las precipitaciones convectivas, la presión del aire en
superficie y la circulación atmosférica que se dan en el océano Pacífico
ecuatorial. ElNiño –que recibe ese nombre por el Niño Jesús, ya que unos
pescadores peruanos observaron por primera vez este fenómeno en diciembre– y La
Niña representan extremos opuestos del ciclo del ENOS.
El Niño se refiere a las temperaturas de la superficie del
mar superiores a la media que se dan periódicamente en las partes oriental y
central del Pacífico ecuatorial. Constituye la fase cálida del ciclo del ENOS.
La Niña se refiere al enfriamiento periódico de la temperatura de la superficie
del mar en las partes oriental y central del Pacífico ecuatorial. Constituye la
fase fría del ciclo del ENOS.
Las fluctuaciones de las temperaturas oceánicas durante los
episodios de El Niño y La Niña van acompañadas de fluctuaciones aún mayores de
la presión del aire entre la parte occidental y la parte oriental del Pacífico
tropical, que se conocen como Oscilación del Sur.
Durante los episodios de El Niño, el desplazamiento de la
actividad tormentosa hacia el este, de Indonesia al Pacífico central, puede
generar condiciones inusualmente secas en el norte de Australia, Indonesia y
Filipinas. Asimismo, durante el invierno del hemisferio norte suelen observarse
condiciones más secas de lo normal en el sureste de África y el norte de
Brasil. Durante el verano del hemisferio norte, las lluvias del monzón índico
suelen ser menos abundantes de lo normal, en particular en el noroeste de
India, donde se producen daños en cultivos. A lo largo de la costa occidental
de la región tropical de América del Sur, se observan condiciones más húmedas
de lo habitual, así como en latitudes subtropicales de América del Norte (la
costa del golfo de México) y América del Sur (el sur de Brasil y la región
central de Argentina).
Cuando se produce un episodio de El Niño en invierno, los
sistemas de baja presión en latitudes medias suelen tener más fuerza de lo
normal en la región oriental del Pacífico Norte. Inyectan aire inusualmente
cálido en el oeste de Canadá, Alaska y la región más septentrional del
territorio continental de Estados Unidos. Las tormentas también tienden a ser
más intensas en el golfo de México y a lo largo de la costa sureste de Estados
Unidos, lo que provoca condiciones relativamente más húmedas en esta región.
Fabián Ojeda Benítez
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