(Nota de archivo Año
2006)
* Por Daniel Díaz Romero- Sala de Prensa Ambiental
Así lo afirma, Diana
Rabb, desde la Secretaría de Prevención y Gestión Ambiental de la Municipalidad
de Córdoba, transcurrido un mes y medio desde que Día a Día publicó un informe
acerca del volcamiento de un elemento radiactivo al sistema cloacal de la ciudad.
La presencia de químicos altamente peligrosos utilizados en
el proceso de purificación uranífera, como nitratos residuales, amonios y
ácidos, se suman a la preocupación que despertaba el volcamiento de uranio. Por
ello, la Municipalidad planea, ahora, extender los exámenes al agua, al aire y
al suelo.
La Secretaría de Gestión y Prevención Ambiental de la
Municipalidad intenta acelerar una inspección conjunta con la Autoridad
Regulatoria Nuclear (ARN), en la Planta de reconversión de uranio, situada en
el barrio de Alta Córdoba, en el marco de un plan de muestreo y análisis de los
vertidos producidos por Dioxitek S.A.
Si bien, se realizaron los primeros exámenes de los residuos
líquidos que vierte la Planta, los funcionarios municipales se mostraron
cautelosos y expresaron que los resultados definitivos se conocerán luego de
una serie de estudios.
El concentrado de uranio importado, es diluido en la Planta
de Alta Córdoba, con ácido nítrico y agua. De esta conjunción se obtiene una
solución de nitrato de uranilo impuro. Dicha compuesto contiene un 60% de
uranio concentrado y el resto esta formado por una solución integrada por todos
los elementos de la tabla periódica.
La solución pasa también por un tratamiento con JP1 (la nafta
utilizada en los aviones). Luego de concentrar la solución de nitrato de
uranilo puro, se le agrega amoniaco y anhídrido carbónico y se le adicionan
nitrógeno e hidrógeno y se convierte en polvo de dióxido de uranio. Los
tambores que lo contienen, luego de transcurrir un tiempo, son trasladados
hacia Buenos Aires. Desde Alta Córdoba, salen camiones cargados de tambores
hasta Ezeiza. Así, Dioxitek provee los elementos combustibles para las
centrales nucleares de potencia.
¿CONTAMINA
O NO CONTAMINA?, ESA ES LA CUESTIÓN
Contrariamente a la certeza que brinda la Dirección de Redes,
acerca de que Dioxitek no genera contaminación química, en los despachos del
área ambiental, comenzaron a crecer las dudas. Diana Rabb, afirma: “Todavía no
podemos decir qué están tirando porque estamos analizando el proceso que
realiza la Planta. Pero hay un gran riesgo, porque usan altos contenidos de
acido nítrico para extraer el uranio y es un residuo liquido que también va a
las cloacas. También, queremos controlar el amonio y los nitratos” tras lo cual
agrega que“Nos preocupa el procedimiento que utilizan, pero necesitamos un
monitoreo que se extienda en el tiempo, porque la empresa uranífera tiene un
sistema de funcionamiento irregular. Esos componentes químicos nos preocupan,
pero debemos tener todos los elementos para sacar conclusiones”, sostiene la funcionaria
del área ambiental.
El uranio
es un metal pesado con capacidad de bio-acumularse y posee toxicidad química,
además de ser radiactivo. Su alta
peligrosidad radica en que se deposita en los huesos, el hígado o los riñones y
no existe manera de extraerlo. Donde se acumula emite radiactividad, por ello
es mutagénico del ADN humano y tiene efectos cancerígenos.
Una ingeniera química advertía a éste diario que “La mayoría
de las industrias, si no pueden cumplir con las leyes que regulan el vertido de
sustancias peligrosas, diluyen sus efluentes en agua. Si la norma dice que no
se puede verter más de 1 gramo de sustancias peligrosas por litro de agua,
agregan un litro más y de esa manera“cumplen” con lo exigido por las leyes. Eso
tiene como agravante que, además de descargar la misma cantidad del compuesto
tóxico o radiactivo, utilizan grandes cantidades de agua para disfrazar lo que
están vertiendo. Al final, desechan la cantidad prohibida”. Tras el informe de
Día a Día, el organismo ambiental municipal admite que “Nos basamos en una
Reglamentación que admite diluir los residuos, por eso estamos controlando todo
el esquema productivo de Dioxitek, porque no queremos que usen toneladas de
agua para diluir lo que arrojan. Eso se los dije a los responsables de la
empresa”, asegura Rabb.
Pero, además del vertido de elementos radiactivos a las
cloacas, hoy el área ambiental de la Municipalidad está interesada en controlar
la Planta, puertas adentro. “Nos gustaría que la Autoridad Regulatoria Nuclear
– organismo nacional con sede en Capital Federal, encargado de controlar las
actividades relacionadas con la energía atómica- explique lo que están
haciendo.Queremos ver los muestreos en terreno. El próximo muestreo programado
por la ARN es dentro de dos meses y me parece demasiado tiempo. Pedí una
inspección extraordinaria para antes de marzo”, dice Rabb.
Es que en
el área ambiental del Municipio no están conformes con los estudios que realiza
la ARN, ya que no brindan un panorama completo de una potencial contaminación
química. El organismo nuclear nacional, solo se ocupa del control de los
elementos radiactivos, pero hace caso omiso de peligrosas sustancias químicas.
Por ello, Diana Rabb señala: “Quiero ver como hacen las muestras para poder
opinar. En los informes presentados por Dioxitek no aparecen los niveles de
nitratos porque la ARN solo exige mediciones de uranio y de radón. Miden solo
los residuos radiactivos.” En el caso de los nitratos, al incorporarlos en el
estómago, éstos se reducen a nitritos que inhiben la respiración celular,
transformándose en agentes cancerigenos, también.
Aparentemente, Dioxitek nunca tuvo controles externos de residuos
químicos. Rabb señala que “Al menos, en los informes presentados por la ARN, no
figuran” y es la misma funcionaria quien se pregunta “¿Como puede ser que no
tengamos una descripción exacta de lo que hacen ahí dentro? Necesitamos saber
que hacen con el uranio y las sustancias químicas. Queremos que digan con
exactitud que es lo que hacen y cada cuanto lo hacen, porque la empresa no
brindaba esa información a la Municipalidad, que hasta ahora, tampoco se la
exigía.” Ahora, asegura Rabb, “Nos interesa saber como transportan las
sustancias y cuanto tiempo están depositadas en la Planta. La ARN controla los
residuos radiactivos sólidos, que vuelven a Mendoza y se almacenan en tanques.
Nos preocupa saber en que cantidad, durante cuanto tiempo y donde almacenan
esos residuos, porque cuando tienen alta producción generan gran cantidad de
desechos en Alta Córdoba.”
¿No se sabe
que residuos están generando?, preguntamos a la funcionaria: “Los planos de la
Planta no estaban presentados en la Municipalidad. Según la ARN, ellos tienen
presentado todo en provincia.” Es que la Secretaria de Ambiente no se muestra
tan conforme, como sus pares de la Dirección de Redes y Saneamiento, ya que la
reglamentación 2/11 de la Ordenanza, fija valores mínimos de ciertas sustancias
y deja librado a criterio de la Autoridad Regulatoria Nuclear, otras. En ese
listado de sustancias no aparece el uranio.
Al respecto, Rabb sostiene que “Es política de la Secretaría
no tener volcamientos de uranio. Nosotros comunicamos esto a la ARN y ellos nos
presentaron los valores de lo que autorizan a volcar en las cloacas y lo
estamos analizando.” El ing. Hugo Picola, de la Dirección de Redes explica: “El
inconveniente de manejar muestras que involucran elementos tan altamente
contaminantes como el uranio es que, laboratorios como los del CEPROCOR y el
CEQUIMAP, cuando les decimos que le vamos a llevar una traza liquida, la cual,
puede contener uranio, dicen: “Ah, no, eso no lo hacemos” y agrega: “Entramos
en la cuestión, entonces, de quien toca esa muestra, mas allá del aspecto de la
protección, nadie se quiere involucrar en manipular muestras con esos
valores.” Maria Luisa
Pignata, docente de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad
Tecnológica Nacional, advierte que el uranio puede entorpecer el trabajo de
bio-tratamiento que tratan a los efluentes cloacales en la Planta de Bajo
Grande: “No está preparada para el tratamiento de desechos de uranio” y explica
que, incluso, puede perjudicar a los microorganismos encargados de la
depuración de las excretas y califica a esa situación de inadmisible, en
cualquier lugar del mundo.
Salduna, reconoce que “El uranio pasa al río, porque esa agua
nosotros no la reutilizamos, ni la bebemos, ni la manejamos en agricultura.
Suponiendo que Dioxitek no estuviera conectada a una Planta de Redes, pasaría
al sub-suelo o al río, mediante otro conducto.” Por su parte, Pignata explica que
“Los informes de Dioxitek, expresados como están, no permiten valorar efectos
sobre la salud. No están las mediciones de descarga al ambiente en el mes de
enero del 2003, por ejemplo.”
La
especialista en Ciencias Químicas, reflexiona acerca del tinte alarmista con el
que, algunas autoridades y responsables de la empresa, califican las
informaciones de los volcamientos de Dioxitek, ellos aseguran que “…el uranio
no es peligroso, que es un elemento presente en la naturaleza…”. La experta
establece una sugestiva pregunta: ¿Por qué controlan el uranio entonces, si no
es peligroso?
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