Futbolista, doctora, cantante. Estas son algunas de las
profesiones elegidas por niños de Trinidad, que son beneficiados por el comedor
Oñondivepa en el barrio María Auxiliadora.
Al recordar su día, los chicos expresan necesidades,
preferencias y anhelos.
“Yo no voy a la escuela. Fui hasta el tercer grado, a Fe y
Alegría. Hace tres años que ya no voy”, nos cuenta Josué Lezcano (11), del
barrio María Auxiliadora, Trinidad.
“Nada” afirma hacer. “Vivo con mi tía, mi hermano, y también
con mi papá. Voy a esperar hasta el otro año para ir a la Escuela Uruguay”,
agrega.
“Mi mamá está en el Bajo, fuma chespi y eso...”, expresa con
un rostro pleno de tristeza.
Futbolista
Su mirada cambia al hablar acerca de sus pasatiempos, gustos
y sueños. Olimpista, Josué adora jugar partidos de fútbol, y de hecho tiene
claro que cuando grande anhela ser futbolista.
Doctora
Alicia Martínez (13) nota muchas necesidades en su barrio, y
advierte que sus vecinos y amigos sufren frío, al no poder abrigarse o calzarse
adecuadamente. Cursa el séptimo grado en Fe y Alegría, tiene cuatro hermanos,
prefiere jugar con su hermana, y le agrada estudiar guaraní.
“Quiero ser doctora. Quiero ayudar a las personas que están
enfermas”, sostiene decidida.
Espacios para practicar deportes
Ariel Galeano (9) es alumno del tercer grado en la misma
escuela. Tiene dos hermanos, ama jugar a la pelota, y también aspira a ser un
gran futbolista. Opina que los niños de su barrio necesitan espacios adecuados
y equipados para practicar deportes.
Gran cantante
Cursa el quinto grado en la escuela Nuestra Señora de
Fátima, Daysi Aranda (10). Le encanta estudiar ciencias naturales, y juega con
sus muñecas.
Ve que los chicos de su barrio pasan muchas necesidades,
sufren frío, hambre, no tienen abrigos, medias, zapatillas, zapatos o
championes.
“Sueño con ser una gran cantante”, remarca.
Josué, Alicia, Ariel y Daysi asisten -con otros 87 niños- al
comedor Oñondivepá, del barrio María Auxiliadora, Trinidad.
Alimento para el cuerpo y el alma
Desde hace cinco años, esta obra, encarada por Vicenta
Ramona Moreira (46) -cariñosamente Viqui- les ofrece almuerzo los martes,
jueves y sábado, sin olvidar el refuerzo escolar, la formación para la vida y
el acompañamiento espiritual.
Arroz con salsa de pollo
En el día de la Asunción al mando del presidente Horacio
Cartes, gracias a la periódica iniciativa voluntaria de Oñondivepa, y el
solidario apoyo ciudadano, 91 chicos -más de lo habitual- almorzaron arroz
blanco con salsa de pollo, coquitos y jugo. Comida no faltó, siempre es
abundante.
Viqui subraya: “Expreso feliz mi agradecimiento a las
personas de buen corazón que nos ayudan y siguen ayudando. Mediante ello se
reparó la instalación eléctrica, y además recibimos en donación una
congeladora, una multiprocesadora, sin olvidar que nos donan semanalmente
víveres, todo lo necesario (pollo, carne, porotos, fideos, aceite, yerba,
azúcar, leche, coquitos, locro, arroz, chocolate, jabón, variedad de vegetales,
y más)”.
Realización plena
Acerca de los niños de Trinidad que acuden a Oñondivepá,
Viqui detalla que trabajan cinco o seis: venden desodorante de ambiente, o
verduras, en el barrio. Le preocupa que no estudian 38 pequeños, y su mensaje
en el Día del Niño es: “Deseo que sigan adelante, estudien y sean personas
realizadas en la vida, con la capacidad para crecer integralmente, en compañía
de padres responsables que los apoyen. Muchos chicos viven casi solos, por la calle.
De ahí nuestra ayuda desde el comedor, para que salgan adelante. La meta es que
su familia mejore, se capacite. El objetivo es que mis niños, al convertirse en
adultos logren el autosustento y la realización plena”
http://www.abc.com.py/nacionales/los-suenos-de-los-ninos-en-su-dia-607218.html
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