A pesar de haber perdido como un GRANDE, en penales, Olimpia
no consiguió la cuarta, pero sí el respeto de toda América; ya que contra todos
los pronósticos, con un equipo corto y una institución que pasó por todo tipo
de problemas, alcanzó una nueva final de la Copa dejando fuera a grandes
equipos del continente.
Quizás… para muchos injustos y para otros pocos “justos”,
con un frio de 2 grados C, tomaron la Plaza de los Héroes como sede, y
festejaron con bombos y canticos, (La Asociación de Olimpistas del Ñeembucú) Para estos aficionados,
la derrota ante Mineiro, en la tanda de penales y que permitió al equipo
brasileño levantar su primera Libertadores, no fue motivo para dejar de salir
de sus casas e ir a festejar… orgullosos por la gran actuación, la garra y la
entrega de sus jugadores que sirvieron de bálsamo a la tristeza que no lastima
y que, debemos confesar como hombres que nos hicieron derramar lágrimas, las
mismas que brotaron del alma emocionada, al vivir tantos logros, sacrificados,
que permiten la merecida gloria Paraguaya de ser el Mejor Club de América. POR
SIEMPRE Y PARA SIEMPRE OLIMPISTAS.
Nicolás C. Mazó
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